Nos llega el pensamiento: “Bueno, comparemos lo que ellos enseñaban y lo que la iglesia actual con la Biblia.” Muy bien, pero tal respuesta realmente no resuelve el problema. Los primeros cristianos basaban sus creencias en la Biblia, lo mismo que hacen todas las denominaciones. Citaban las Escrituras para apoyar lo que decían, como también lo hacemos nosotros. El problema al fondo llega a ser uno de interpretación. Bien que podemos comparar sus interpretaciones de las Escrituras con las nuestras, pero esto por sí solo no resuelve el problema.
Hay todavía otra pregunta que hacer: ¿Es más probable que la interpretación de la iglesia moderna sea la correcta, o la de ellos?
Al principio, los romanos consideraron el cristianismo como una nueva secta judía. Aparte de las esporádicas persecuciones de Neron y Doiniciano, durante el siglo I los cristianos tuvieron que enfrentarse con mayor frecuencia con la animadversión de los escribas y fariseos, rectores del judaísmo, que con las autoridades romanas.
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